En el acelerado e hiperconectado mundo actual, la autenticidad no es sólo una palabra de moda, sino una necesidad. Para las empresas, y especialmente para los directivos y líderes, ser auténtico puede marcar la diferencia entre un éxito fugaz, posibles problemas de reputación y un impacto duradero. Pero, ¿qué significa realmente autenticidad y por qué es tan crucial?
La ventaja de la autenticidad empresarial
Para las empresas, la autenticidad equivale a una alineación genuina entre su misión, sus valores y sus acciones. Es fundamental que las organizaciones no solo traduzcan lo que defienden y en lo que creen, sino que también reflejen y se alineen con esos mismos valores en su forma de actuar en el mundo.
Para empezar, las empresas deben hacer un "examen de conciencia corporativo" para comprender qué hace única a su organización, en qué se diferencia de sus competidores y qué espera de ellas su público, para asegurarse de que se muestran auténticas (y no se exponen a ser objeto de escrutinio en el futuro). En pocas palabras, cuando las empresas son auténticas, generan confianza entre sus clientes, empleados y partes interesadas, y esta confianza tiene un valor incalculable, ya que aumenta la fidelidad, mejora el compromiso de los empleados y fortalece las relaciones con los clientes.
Para subrayar este punto, un estudio de Harvard Business Review reveló que el 64% de los consumidores citan los valores compartidos como la principal razón por la que mantienen una relación con una marca. Las marcas inteligentes también entienden esta conexión y crean programas y activaciones que motivan auténticamente a su base de clientes. En el caso de las empresas orientadas al consumidor, está claro que los consumidores no sólo compran productos, sino también lo que una empresa representa. Por eso, cuando una empresa articula claramente sus valores y actúa sistemáticamente en consonancia con ellos, crea una poderosa conexión con este importante público.
Por otro lado, las empresas que no son auténticas se arriesgan a sufrir graves daños en su reputación, especialmente cuando sus acciones no se ajustan al corazón de su marca o a lo que sus clientes esperan de ellas.
Autenticidad personal en el liderazgo
Para ejecutivos y líderes, la autenticidad es igualmente importante. Más que nunca, la gente espera que el liderazgo corporativo sea la cara de una organización, que ofrezca puntos de contacto humano y conexión con una marca, su misión y sus valores.
Por ello, es igualmente importante que estos líderes sean auténticos, tanto en el contexto de la función que desempeñan como en el de quiénes son como personas. Elaborar y articular su propia voz, puntos de vista y temas prioritarios es clave para apoyar la misión de su organización, al tiempo que se conecta con su público de manera que resuene y refuerce quiénes son como personas y, en última instancia, por qué lo que dicen importa y por qué cualquiera debería creer que es verdad.
Cuando se piensa en la comunicación ejecutiva, es fundamental comprender los temas importantes para el líder y cómo se alinean con sus prioridades y pasiones. Esto es de suma importancia para conectar con la gente a niveles reales y humanos.
Por ejemplo, un estudio de Korn Ferry sugiere que los empleados -un público extremadamente importante- tienen un 32% más de probabilidades de comprometerse en el trabajo cuando sus líderes son auténticos. Este compromiso se traduce en mayor productividad, mejor moral y menores tasas de rotación. Los líderes auténticos inspiran a sus equipos siendo auténticos y accesibles, lo que ayuda a crear un entorno de trabajo positivo y de apoyo.
El camino hacia la autenticidad
Cuando los líderes y las empresas no son auténticos, los riesgos son múltiples. La falta de autenticidad puede provocar una desconexión entre lo que una empresa o un líder dice y lo que hace, lo que genera cinismo y desconfianza. Esta desconexión puede ser especialmente perjudicial en la era de las redes sociales, en la que los consumidores y los empleados se apresuran a denunciar las incoherencias y la falta de honradez.
Entonces, ¿cómo pueden las empresas y los líderes cultivar la autenticidad?
Al final, la autenticidad no es un destino, sino un viaje. Para las empresas y los líderes, la autenticidad requiere una profunda comprensión de los valores y el propósito, acciones coherentes y una comunicación transparente. Al adoptar la autenticidad, las empresas pueden establecer conexiones más fuertes con su público, fomentar un mayor compromiso y evitar las trampas de la falta de autenticidad.
En un mundo en el que la confianza es más valiosa que nunca, la autenticidad es la clave del éxito duradero.
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